A continuación, nos dirigimos al famoso Mirador de Cala d’Hort, desde donde disfrutarás de una panorámica espectacular de Es Vedrà, uno de los islotes más emblemáticos de Ibiza. Un momento perfecto para tomar fotos inolvidables.

Después de esta inmersión en plena naturaleza, es momento de saborear la gastronomía local. Degustarás una comida típica ibicenca en un restaurante auténtico, rodeado de paisajes encantadores. Un verdadero viaje culinario que encantará a tu paladar.

La tarde se dedica al descubrimiento histórico de Ibiza, con una exploración de Dalt Vila, el casco antiguo fortificado declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Recorre sus calles adoquinadas, sus majestuosas murallas y su catedral emblemática mientras disfrutas de vistas impresionantes al Mediterráneo.

Termina este día de inmersión paseando por el vibrante mercado de Ibiza o por sus tiendas de artesanía. La oportunidad perfecta para llevarte recuerdos únicos y descubrir los tesoros ocultos de la ciudad.